domingo, 20 de marzo de 2011

Capitulo 3: la mudanza

Han pasado 3 días desde que Tamara se entero del divorcio de sus padres, ha tenido un pequeño tiempo para asimilarlo, pero no del todo, va de camino a coger el autobús de vuelta a casa del instituto, cuando llegue comerá e Irán a la casa nueva, esta mañana era la mudanza, su madre no quería que estuviera presente, quizás para que se acostumbre antes a su nueva vida, para que deje antes el pasado atrás…

Sube al autobús, últimamente no tiene que esperar, será su día de suerte, pero rápidamente se le quita ese pensamiento de la cabeza cuando sube y al sentarse tira el carro de una mujer al suelo… pide disculpas y se sienta vergonzosamente en uno de los pocos asientos libres, lo que no le pase a ella…

Con la mirada en el suelo por la vergüenza se enchufa su mp4 como siempre y al levantar la mirada ve que tiene enfrente al chico del otro día del autobús, aquel tan mono con pinta de extranjero, al que vio aquel día que estaba de los nervios por el divorcio de sus padres… y recuerda rápidamente que es la segunda vez que presencia su torpeza, y otra vez esta mirándole…

Vuelve a sentirse incomoda y empieza a morderse el labio, hasta llegar al limite de hacerse sangre, encima de torpe, también bruta

El chico rubito no parece dispuesto a dejar de mirarle… agacha la cabeza y se sume en su música, pero una voz le interrumpe

-perdona, ¿te encuentras bien? Te veo un poco histérica
¿Qué le ve que? ¿Histérica? ¿Le habla a ella? El chico rubio que resulta que de extranjero tiene poco le esta hablando, ¿a cuento de que?
- ¿histérica? ¿Te conozco?
- si, histérica, llevo viéndote varios días viéndote en el autobús y siempre que te veo estas muy estresada y se te cae todo por los suelos

¿Por qué mete las narices donde no le llaman? Hoy es un día importante y ese chico que le parecía tan mono ahora le cae hasta mal, no le gusta que urgen en su vida, intenta apaciguarse y contestarle lo mas agradable posible, el pobre tampoco tiene culpa de sus problemas…

- es solo que soy un poco torpe como habrás visto, pero no me ocurre nada
- bueno perdona por haberte dicho eso de repente sin venir a cuento, me llamo Gaspar

¿Y quien le ha preguntado? Encima se llama como un rey mago, eso le hace reír, le entra la risa tonta y empieza a reírse como una loca, con esa risa escandalosa que solo ella tiene, se le escucha en todo el autobús

- yo me llamo Tamara

Pero nada mas terminar vuelve a reírse de nuevo, no puede evitarlo, seguro que se habrán reído miles de veces de su nombre y la verdad es que es una tontería pero ella no puede parar de reír, es así de simple

- ya se de que te ríes, me pasa a menudo, tengo un nombre bastante ridículo

Empieza a sentirse mal, pero no puede parar, cuando empieza le cuesta cortar sus risas sin mas, pero lo hace cuando ve que el chico empieza a poner una cara un poco seria

- perr- perdona- tartamudea avergonzada
- no pasa nada enserio, aunque yo no se que es peor, si mi nombre o tu que te ríes como una hiena

Tamara le mira con mala cara, se ha vengado por reírse de su nombre, empieza a mirarle intentando mostrar enfado, pero no puede, le mira y empieza a sonreír, los dos estallan en risas, desatando un jaleo en el autobús asombroso, pero les da igual que les miren, acaba de nacer algo para ambos, sea lo que sea.

La parada del autobús en la que se tiene que bajar Tamara se acerca, así que le da al botoncito, se le ha hecho el viaje bastante ameno con aquel chico, se alegra de que le haya hablado.

- bueno, no te tomare en cuenta eso de que me rió como una hiena, lo habrás dicho por vengarte, no creo que en realidad pienses eso
-no claro, tienes una bonita risa… y tan discreta
En ese momento volvió a sonreír, el también lo hizo y dejo a la luz unos bonitos dientes, y algo brillaba en su lengua
-¿tienes un pendiente en la lengua?
- si, ¿es algo malo? Me lo hice hace poco
- no, no es nada malo, esta es la mía, ya me bajo
- que pena, ya no me puedo reír de nadie
- bueno pues ya nos volveremos a encontrar
- eso espero, y si no tranquila que ten por contado que te buscare hasta debajo de las piedras

Tamara se sonrojo con esas palabras, y solo supo soltar una tímida sonrisa. La verdad que el viaje había sido muy entretenido, no había parado de reír en todo el rato, Gaspar era bastante gracioso, todavía sonreía al recordar su nombre, y esas ultimas palabras que le había dicho le subió bastante la autoestima, le hacia falta, no hablaba con Carlos desde hace ayer por la mañana cuando le estuvo contando toda su nueva situación, el le intento tranquilizar, y apoyarla, pero ahora dudaba que estuviera tan preocupado como quiso mostrarse, puesto que no había vuelto a tener noticias de el…

No tenia ganas de pensar en eso…

El chico del autobús le había hecho olvidarse por un rato de sus problemas, pero al ver un camión de mudanza y varias cajas en la puerta de su casa le hizo volver a la realidad, se acerco y hay estaba su madre esperándole con una sonrisa y su padre con una cara un poco triste

- cariño, ya hemos cargado todo, ya vamos para la casa, esta a unos 45 minutos, tu padre se va a quedar aquí, podrás venir cuando quieras
- tu madre y yo hemos decidido de principio que te vengas aquí todos los fines de semana ya que no trabajo y así podremos pasar tiempo juntos, como tu quieras
- me parece bien lo que decís, ¿entonces pasado mañana estaré contigo papa?
- si hija, si quieres si
- claro que quiero papa

Con esas ultimas palabras abrazo a su padre y se le escaparon algunas lagrimas de sus azules ojos, aunque lo fuese a ver todas las semanas no seria lo mismo, ya no le taparía todas las noches y ella se haría la dormida, ni cenarían juntos, ni se pelearían por el mando de la tele, lo iba a echar muchísimo de menos, con unos cuantos achuchones mas y un intercambio de te quieros, Tamara se subió al coche, viendo a través de las ventanas su casa y dejando atrás todo lo vivido allí.

A unos cuantos kilómetros de ahí…

Iván estaba cansado, mucho, llevaba toda la mañana dando vueltas por la calle, dándole vueltas en su cabeza a todo lo ocurrido, a todo lo que le había dicho su padre, a la discusión que habían tenido, a que seguramente estaría preocupado por el y no lo podía localizar de ninguna manera porque se había dejado el móvil en casa, empezaba a sentirse un poco culpable, su padre llevaba dos años desde que murió su madre sin estar con ninguna mujer, es normal que quisiera rehacer su vida, pero ¿ya se había olvidado de su madre? Y de todo lo que sucedió… el no lo olvidaría nunca, no olvidaría en la vida como un conductor borracho acabo con la vida de la persona que mas quería, no olvidara como eso le cambio el carácter.

Hay cosas que no cambia por nada, hay cosas que no cambia por nadie, y una de ellas es que no volverá a ser el mismo en su vida…

Que nunca mas volverá a sonreír como antes, a ser ese chico que se reía de la cosa mas tonta y lloraba, pero de la risa, que salía a la calle y estaba lleno de alegría, que tenia ganas de vivir mas que nadie en el mundo, que cada cosa, cada detalle, le parecía algo maravilloso y único, aquel chico que se empezó a ilusionar y le dieron la puñalada trapera antes de que le diera tiempo a sentir algo, que caía 20 veces y se levantaba 50, aquel que confiaba que todo tenia arreglo, que todo podía ser bonito, que nada malo podía pasar, y de repente le cambio el chip, y nadie ha sido capaz a que vuelva a dar la vuelta…

Y ahí esta, en la calle, tirado como un vagabundo, despeinado, con una camisa sucia y saboreando un croissant, llenando a su padre de preocupaciones sin merecerlas, no le queda mas remedio, tendrá que vivir al estilo los serrano con unos desconocidos, como odiaba esa serie…

Se limpia las migajas con un pañuelo de papel y empieza a caminar hacia su casa… tendrá que preparar la maleta para su nueva casa.

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