domingo, 1 de mayo de 2011

Capitulo 22: el pez

Tamara abre los ojos. Ve a Iván. Este le esta acariciando el pelo.

-¿Por qué siempre que te llevo a algún lado te duermes?

-porque me relajo demasiado

Iván saca algo de su bolsillo. Se lo enseña a Tamara.

-¿me has hecho fotos mientras que dormía tonto?

-si. Parecías un angelito

Tamara coge la cámara y se hacen unas cuantas fotos. Comienzan a verlas. En todas las fotos destacan los ojos claros de ambos y la sonrisa de Iván.

-¿quieres que este mejor? Consígueme un pez, siempre he querido tener un pez

Lo dice de broma, pero Iván no lo entiende como tal. Se quita la camiseta y salta de la barca. Tamara empieza a reírse.

-sal del agua loco. No lo decía enserio

-de aquí no salgo hasta que consiga el maldito pez

Iván nada sin parar. Tamara esta en la barca muerta de frió. Tiene que ser bastante tarde. Necesita dormir. Mañana tiene la fiesta y tiene que estar fresca. Mira el móvil. Son las 4 de la mañana.

Tamara salta dentro del agua. Sube a la espalda de Iván.

-deja mejor lo del pez. Con que me des un paseito me conformo

Iván empieza a nadar de un lado a otro, subiendo y bajando. Tamara no para de reír.

-ahora flota. Te voy a desplazar

Tamara hace caso e Iván empieza a moverle. Tiene las manos puestas encima de su cintura. Cerca de su culo. No muy lejos de sus piernas.

Se empieza a poner tensa y deja de flotar.

-Tamara no te vas a creer lo que he encontrado

Suben a la barca y empiezan a secarse un poco. El torso desnudo y mojado de Iván es una autentica tentación.

Se empieza a poner la camiseta y al hacerlo se le ven unos calzoncillos rojos típicos de nochevieja.

Iván le mira directamente a los ojos. Sus ojos brillan. Se ven más hermosos que nunca con la oscuridad de la noche. Además el toque de su pelo mojado le hace aun más sexy.

-¿y que es eso que has encontrado?

-mira

Iván abre las manos. Tamara sonríe. Es una auténtica coincidencia. En las manos de Iván hay un pequeño pececito de madera. Es un llavero.

-¿Cómo es posible?

-yo puedo hacer todo posible

-¿no lo tendrías preparado?

-claro. Yo sabía de antemano que me ibas a pedir que cogiera un pez. Imbecil.

Tamara abre la boca intentando mostrar enfado. Iván coge las manos de Tamara y le pone el llavero dentro. Después de ello empieza a tiritar.

-toma. Ponte mi chaqueta. Tienes que estar congelado

-gracias

-¿eso es todo? Yo también hago cosas por ti ¿y así me lo agradeces Iván?

Este sonríe mostrando una sonrisa traviesa. Se acerca lentamente a Tamara. Ella se pone a temblar. Iván se acerca más y más hasta estar a menos de un centímetro de su cara. Se sitúa en su cuello y le da varios besos en el. Lentos. Suaves.

Tamara esta al borde del colapso. No siente alguna mariposa en el estomago, siente el nido entero.

Igual que Iván se ha acercado empieza a alejarse.

-¿nos vamos ya o todavía no estas satisfecha?

-nos vamos

Ambos sonríen y se pasan el camino de vuelta en silencio.

Tamara se agarra a la cintura de Iván como siempre. La moto es una de las mejores excusas para estar tan cerca de el. Lo de los besos en el cuello ha sido realmente sensual. Se le ha puesto la piel de gallina.

¿Por qué se comporta así con ella?

Llegan a la casa y entran en silencio. El reloj de la cocina marca las 5 y cuarto de la madrugada. Suben las escaleras. Iván no dice nada. Solo sonríe tiernamente y da un beso en la mejilla a Tamara.

Esta entra en su cuarto. Todavía esta alucinada.

Solo ha sido un beso en el cuello. Nada más. Para el solo habrá sido un juego.

Abre sus manos. En ellas lleva el llavero que Iván ha encontrado en el fondo del mar. Ha sido realmente mágico.

¿Por qué estando con Carlos no siente nada y con las palabras de Iván y su manera de comportarse con ella se le acelera el corazón mil veces más?

Tiene que admitirlo de una vez. Le gusta Iván. Pero también le gusta Gaspar. Le gustan todos menos el que es su novio.

Esta hecha un lió. Tiene que dejarse de tonterías y concentrarse en Carlos.

Tiene que hacerse la prueba de embarazo de una vez. Mañana en la fiesta se la hará. Allí estará Carlos y será el momento mas adecuado.

Se acuesta en la cama y se duerme. Con el llavero del pez en la mano y recordando en su mente el olor tan maravilloso de Iván.

El despertador suena. Son las 10 y media. Celia se levanta y empieza a vestirse. Tiene que preparar muchas cosas. La fiesta es a las 10 y va a ir muchísima gente.

Sale de su cuarto y empieza a preparar las mesas. Dentro de una hora vendrán las bebidas que pidió. También tiene que buscar la música. Se le amontona el trabajo.

Pero por una vez después de tantos días se siente animada. Seguro que la fiesta será un éxito.

Sergio se despierta. Alguien ha tocado a la puerta de la habitación. Abren sin preguntar. Es Efraín. Viene con un regalo en la mano.

-¡dios mío! ¿Qué haces aquí? Mira como estoy


Efraín comienza a reírse. Sergio esta en la cama con un pijama realmente ridículo y unas sabanas de la sirenita.

-tu madre me ha dejado pasar. Tenia ganas de verte

Las palabras de Efraín enternecen a Sergio

-Anda ven que en los mundos de la sirenita hay espacio para todos. Siéntate.

Efraín se acerca y se mete en la cama. Da un beso a Sergio y le entrega el regalo. Este lo abre. Es el libro “el cuaderno de Noah”.

-muchas gracias. No tenías que haberte molestado. Si te soy sincero no conozco el libro.

-hay también una película. Me gustaría que la viéramos juntos.

-¿no decías que íbamos a ir despacio?

-lose. Debería dejar que las cosas siguieran su curso. Pero te miento si te digo que no he pensado en ti toda la noche.

Sergio sonríe y da un beso apasionado a su “amigo”

-¿Cuándo la vemos entonces?

-¿esta noche?

-tengo una fiesta de una amiga. Puedes venirte si quieres

-¿no le importara?

-no creo

Efraín sonríe y abraza a Sergio. Se quedan tumbados en la cama sin hacer nada. Disfrutando simplemente de la compañía del otro.

Tamara se levanta. La felicidad de ayer se le ha esfumado. Por mucho que llore y patalee no consigue nada. Esta harta de suplicar. Su madre no cede. Ha llegado una carta con las faltas del instituto.

No sirve nada de lo que hace. No la dejan ir a la fiesta.

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